Emiliano López alza la voz por el chamamé y cuestiona a los Premios Gardel

Emiliano López, joven músico de 22 años nacido en La Matanza, provincia de Buenos Aires, e hijo de padre chaqueño y madre correntina, compartió un fuerte descargo público tras conocerse la eliminación del chamamé como categoría en los Premios Gardel 2025. En una carta abierta publicada en redes sociales, expresó su indignación y tristeza ante lo que considera un acto de exclusión cultural.

Un reclamo con historia y sentimiento

“Tal vez parezco joven por mis 22 años, pero hace 18 años que lucho con mi chamamé”, comienza diciendo Emiliano López en su comunicado, que pone el foco en la decisión de eliminar al chamamé de las categorías oficiales de los Premios Gardel. Su mensaje trasciende lo personal y se convierte en una voz colectiva de los músicos chamameceros que, según él, “llevan la música a cada rincón del país y países limítrofes con el mayor de los respetos”.

López afirma que excluir al chamamé de los Gardel es “negar nuestra cultura, negar nuestra identidad”, y destaca que se trata de uno de los ritmos más populares a nivel internacional, a pesar de su histórica marginación dentro de la industria musical.

El chamamé, más vivo que nunca

En un pasaje contundente, el artista afirma: “Sé bien que no soy el único joven que ama e intenta preservar esta música, gracias a Dios hoy somos muchos, incluso más que en épocas pasadas”. Esta generación emergente de músicos no solo interpreta el chamamé, sino que lo defiende como símbolo de resistencia cultural.

El descargo también resalta la contradicción entre la marginación del género en premios nacionales y su reconocimiento mundial, ya que el chamamé es uno de los tres ritmos argentinos que ostenta la distinción de Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.

Un llamado a la inclusión y al respeto

Más allá de la polémica, López aclara que su reclamo no es por un premio, sino por reconocimiento y justicia cultural: “No se trata de ganar o perder una estatuilla, se trata de recordar que el chamamé se ganó un lugar”. Y añade: “El chamamé tiene que quedar. Los artistas se van, pero nuestra música debe perdurar”.

El músico sueña con ver al chamamé en la alfombra roja del Gran Rex, junto al rock, el rap, el tango y el trap, sin necesidad de buscar espacios alternativos “por ser auténticos”. Concluye su descargo con un mensaje directo: “Nos ganamos un lugar en el corazón no solo de la Argentina, sino del mundo”.