En Goya, dos adolescentes manipularon imágenes con inteligencia artificial de compañeras y las difundieron en contextos sexuales. La jueza María Gabriela Dadone, titular del Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia N° 2, dispuso medidas educativas y terapéuticas basadas en la Ley Olimpia, incluyendo talleres de masculinidades y acompañamiento psicológico.
La jueza María Gabriela Dadone resolvió el cierre de un caso de violencia digital protagonizado por dos adolescentes de 15 años señalados como responsables de adulterar fotografías de compañeras. Aunque por su edad son inimputables en sede penal, la magistrada ordenó un abordaje inmediato desde el fuero de familia, con medidas educativas y de concientización.
Audiencia con adolescentes y familias
Durante la audiencia final, la magistrada explicó a los adolescentes la importancia de la Ley Olimpia, que sanciona la violencia digital contra las mujeres. Los jóvenes deberán participar en talleres de masculinidades, realizar un tratamiento psicoterapéutico y reflexionar con material pedagógico sobre construcción de masculinidades. Los padres también fueron notificados y recibieron información para acompañar el proceso.
Medidas institucionales
El fallo ordena además que las instituciones educativas donde estudian los adolescentes incorporen charlas y talleres sobre uso responsable de redes sociales y prevención de violencia digital. La jueza destacó que el objetivo no es culpabilizar, sino prevenir y generar conciencia en la comunidad educativa.
Un caso con impacto colectivo
La denuncia fue realizada por un grupo de madres tras detectar imágenes manipuladas y difundidas sin consentimiento, afectando a más de una docena de adolescentes. Según Dadone, este es el segundo caso reciente en la provincia, lo que demuestra la necesidad de políticas activas para frenar la violencia digital.
Perspectiva de derechos y prevención
El fallo remarca que, aunque los adolescentes no sean responsables penales, requieren un proceso de reparación y aprendizaje. La jueza enfatizó que el interés superior de niñas, niños y adolescentes exige un trabajo conjunto entre familias, instituciones educativas y organismos especializados para prevenir y erradicar estas prácticas.