El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su informe de Perspectivas Económicas Mundiales, anticipando un período positivo para la economía argentina. Según las estimaciones, el país crecerá un 5% anual tanto en 2025 como en 2026, aunque con desafíos a superar en materia de inflación y política cambiaria.
El organismo destacó que la economía argentina comenzó a recuperarse en el segundo semestre de 2024, impulsada principalmente por los ingresos provenientes de sectores clave como la agricultura y la minería. Este repunte se refleja en las tasas de crecimiento proyectadas, que posicionan al país con un desempeño superior al promedio regional.
Inflación y desafíos macroeconómicos
A pesar del optimismo, el FMI advirtió que la inflación se mantuvo persistente en la segunda mitad del año pasado, principalmente por el aumento de los precios de alimentos y la inflación básica. En el escenario global, el informe estima que el promedio mundial de inflación disminuirá al 4,2% anual.
En el caso de Argentina, el organismo señaló que la recuperación económica a largo plazo dependerá de implementar reformas estructurales, como:
- Desmantelar los controles cambiarios, necesarios para reducir las distorsiones y mejorar el acceso a los mercados de capital.
- Promover una mayor flexibilidad cambiaria.
- Reforzar el papel de la política monetaria para estabilizar las expectativas.

Advertencias sobre el tipo de cambio y reservas
El informe alertó sobre las dificultades que presenta la economía argentina para acumular reservas cambiarias debido a:
- La apreciación del tipo de cambio real, impulsada por la preservación de un tipo de cambio de paridad lenta.
- Los controles cambiarios amplios, que limitan el acceso a los mercados de capital y aumentan las distorsiones en la economía.
Conclusiones del FMI
Si bien el crecimiento proyectado del 5% anual representa una señal positiva, el FMI enfatizó la necesidad de adoptar una estrategia coherente para abordar los desafíos estructurales. La implementación de políticas monetarias más flexibles y la eliminación de controles cambiarios serán cruciales para garantizar la estabilidad económica a largo plazo.