Cada 19 de septiembre se celebra en Argentina el Día del Chamamé, una jornada que reconoce la importancia de este género musical y su baile tradicional nacido en el noreste argentino.
El Día del Chamamé se celebra cada 19 de septiembre en conmemoración del fallecimiento de Mario del Tránsito Cocomarola, ocurrido en 1974. Cocomarola fue un destacado folklorista correntino considerado el padre del chamamé, quien dejó un legado invaluable para la música popular argentina.
Conocido como el “Taita” del Chamamé, murió a los 56 años y durante su carrera registró más de 200 canciones en la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC), entre ellas “Kilómetro 11”, “Retorno”, “Mírame” y “Amor supremo”.
La celebración quedó oficializada el 16 de diciembre de 2009 mediante la Ley Nacional 26.558. Antes de su promulgación, la fecha se celebraba únicamente en la provincia de Corrientes, considerada la cuna y principal referente de este estilo musical.
Además, cada enero esta provincia alberga la Fiesta Nacional del Chamamé en el Anfiteatro Cocomarola, en la ciudad capital.

Qué dice la Ley que estableció el Día del Chamamé en Argentina
El primer artículo de la Ley Nacional 26.558 reconoce al género musical folclórico denominado chamamé “en todas sus variedades, como parte integrante del patrimonio cultural argentino en los términos establecidos por la Ley Nº 26.118, de ratificación de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial”.
En su artículo 2º, declara de interés cultural “la preservación, recuperación y difusión” del chamamé.
Y en el artículo 3º establece al 19 de septiembre de cada año como “Día Nacional del Chamamé”, en conmemoración del fallecimiento de Cocomarola, debiendo incluirse en el calendario de efemérides culturales del país.
El chamamé fue declarado Patrimonio Cultural
En 2020, la UNESCO declaró al chamamé como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reconociendo su valor como expresión artística y social.
De esta manera, el chamamé se convirtió en el tercer bien cultural argentino en recibir esta distinción, junto con el tango y el fileteado porteño.