El nuevo pontífice enfrenta una de las primeras decisiones con fuerte carga simbólica de su pontificado.
La elección del lugar de residencia del Papa León XIV generó un gran interés tanto entre los fieles como entre los observadores del Vaticano. Con 69 años, el misionero oriundo de Estados Unidos enfrenta una de las primeras decisiones con fuerte carga simbólica de su pontificado.
En este contexto, aparece la pregunta: ¿Elegirá instalarse en el tradicional Palacio Apostólico o seguirá el ejemplo de su predecesor, el papa Francisco, optando por un alojamiento más modesto como la Casa de Santa Marta?
Aunque a simple vista pueda parecer un asunto menor, esta decisión influye profundamente en la imagen que el nuevo pontífice quiere transmitir. No se trata únicamente de una cuestión de gustos personales para León XIV, sino también de elementos prácticos, disponibilidad y consideraciones internas de la estructura vaticana.
La Casa de Santa Marta (formalmente llamada Domus Sanctae Marthae) se ha convertido en símbolo de austeridad desde su apertura en 1996. Construida bajo el papado de Juan Pablo II, se encuentra a escasos metros de la Basílica de San Pedro y ofrece vistas privilegiadas a la plaza de Santa Marta.