En esta columna de opinión, Matías Brodbeck analiza el clima político actual de Esquina en plena Semana Santa, con un tono ácido, irónico y directo. Entre rumores, candidaturas y promesas recicladas, la política local vuelve a estar bajo la lupa.

Estamos en Semana Santa y la política esquinense nos quiere vender nuevamente pescado podrido. En éstos días de introspección, de semana corta y de finde largo, la política en nuestra querida ciudad sigue trabajando en los mismos pasillos del secretaje y los secretos a voces.

Candidaturas por todas partes

Estamos en el tiempo donde, levantás una baldosa rota en alguna vereda del centro y te encontrás con un candidato a Intendente.
A ver, todos celebramos la democracia, porque con ella se vota, se come, se cura y se educa y bla, bla, bla; pero que cada amanecido diga que puede sentarse en el sillón de Lamela a dirigir los designios de la ciudad, no solo cansa, sino que algo de vergüenza ajena nos da.

Obras, promesas y el eterno basural

Estuvimos peleados con Corrientes por siete años (y más…), y de repente, salen los mejores amigos a anunciar las mejores obras de campaña.
Un parque industrial flojito de papeles, un mercado municipal que no se sabe qué se está haciendo adentro, (¿Cartel de Obra? Bien, gracias.) ripios y más ripios, y la gente que se sigue preguntando por el “vertedero municipal”, ahora devenido en basural.

Peronismo, radicalismo y ricardismo: todos con internas

Tenemos a un peronismo que llora persecución política en un gobierno oficialista del mismo color, que ya ha mandado al Intendente actual a afiliarse al partido centenario.
Un radicalismo con más aristas que una estrella (esperemos que no sea fugaz, como hace cuatro años), que quiere ganarle a un “ricardismo” provincial que pretende volver el tiempo atrás.
Todavía no quieren decir el nombre del candidato, a quien deberán ponerlo en la mente de los esquinenses en apenas un par de meses.

Más caciques que indios

Luego está el antes nombrado “ricardismo”, que parecía bien encaminado en las fotos anteriores, pero que luego pasó lo que siempre sucede por estas latitudes, donde hay más caciques que indios y ahora, parece que también tendrán internas.

Candidatos médicos y combustible electoral

Luego tenemos a algunos doctores que pretenden, pero no sabemos si el combustible que los impulsa les dura hasta agosto, o si antes ya están golpeando la puerta de los oficialismos.

Libertad dividida y alianzas contradictorias

Y si hablamos de libertad, tenemos más internas: La Libertad Avanza con el andrógino Almirón y su discípulo polimorfo local, que no están al lado del Partido Libertario; quienes ya tienen alianza con el gobierno provincial, para hacerle votar por algún radical a todos sus afiliados, por más enojados que estén con la “casta”.

Circo electoral en marcha

Luego vienen partidos barriales y demás condimentos que harán, de esta elección, un hermoso circo que iremos intentando desentramar en cada columna.

Con onda, pero sin filtro

Y a todos aquellos que se les volcó el mate al leer, no se olviden que “va con onda”.

Por Matías Brodbeck