La Asamblea Legislativa de Río de Janeiro aprobó una ley que ofrece bonificaciones económicas a policías que maten delincuentes, lo que desató fuertes críticas de organizaciones de derechos humanos.
La Asamblea Legislativa de Río de Janeiro dio luz verde a una normativa que prevé un extra salarial de entre el 10% y el 150% para los policías que incauten armas de gran calibre o participen en acciones que resulten en la muerte de criminales. La medida forma parte de una reforma de la policía civil, encargada de las investigaciones, aunque existe preocupación por su posible aplicación en la policía militar, conocida por su accionar más violento.
Antecedentes de una política cuestionada
Esta iniciativa recuerda al llamado “bono del Lejano Oeste”, vigente entre 1995 y 1998, que fue eliminado tras un incremento de muertes durante operativos policiales. Críticos advierten que la medida actual podría repetir ese escenario, incentivando la violencia y colocando en riesgo a poblaciones vulnerables.

Reacciones y críticas
El diputado federal Henrique Vieira cuestionó la norma al afirmar que “no se puede construir seguridad desde la barbarie”. Por su parte, el abogado Djeff Amadeus, del Instituto de Defensa de la Población Negra, alertó que la ley podría derivar en una “masacre generalizada”, dado que los agentes tendrían incentivos económicos para matar.
Impacto en la violencia policial
Según cifras oficiales, en 2023 murieron 703 personas en Río de Janeiro durante operativos policiales, un promedio de casi dos muertes por día. Aunque el número representa un descenso del 19% respecto a 2022, organizaciones temen que este tipo de recompensas pueda revertir la tendencia y agravar la violencia en las favelas, donde los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y crimen organizado son habituales.