Un proyecto de la diputada bonaerense Lucía Klug impulsa la creación de una tasa al metano generado por la actividad ganadera. La iniciativa, pensada para financiar políticas de gestión de residuos, generó un inmediato rechazo por parte de CARBAP y reavivó la disputa entre el oficialismo provincial y las entidades rurales.
La legisladora Lucía Klug, cercana al dirigente Juan Grabois, presentó en la Legislatura bonaerense un proyecto para instaurar la Tasa Ambiental sobre el Metano (TAMBA). El objetivo es recaudar fondos destinados a programas municipales de gestión de residuos y, al mismo tiempo, compensar las emisiones de gases de efecto invernadero originadas en la ganadería.
La iniciativa se enfoca en dos fuentes principales de metano presentes en Buenos Aires: la fermentación entérica del ganado y la descomposición de residuos sólidos urbanos.
Fundamentos y alcance de la propuesta
De acuerdo con el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, la provincia aporta alrededor de una cuarta parte de las emisiones del país. Dentro de ese total, el metano representa el 27 por ciento, con la ganadería explicando el 19 y la gestión de residuos un 6.
Klug basa el proyecto en el principio de Responsabilidad Extendida del Productor, que plantea que quienes generan impactos ambientales deben financiar políticas de compensación. La iniciativa incluye la creación de un fondo fiduciario para mejorar los sistemas municipales de tratamiento de residuos en línea con la normativa provincial vigente.
La tasa alcanzaría a todas las entidades responsables de empresas ganaderas radicadas en Buenos Aires.

Rechazo inmediato del sector rural
El anuncio provocó una fuerte reacción por parte de CARBAP, una de las principales entidades agropecuarias de la región. En un mensaje difundido en la red X, la organización cuestionó la iniciativa y señaló la falta de sustento técnico, incluso ironizando sobre la propuesta.
En un comunicado posterior, CARBAP afirmó que la ganadería provincial ya soporta una alta presión impositiva y que un tributo sobre el metano del ganado no contribuiría a reducir emisiones, sino a disminuir producción, competitividad y empleo. Su presidente, Ignacio Kovarsky, aseguró que la entidad no fue consultada y señaló que la TAMBA constituye “un impuesto encubierto al trabajo rural”.
Discusión sobre impuestos, gasto público y transición ambiental
CARBAP también aprovechó el debate para plantear críticas sobre el manejo del gasto público provincial. Sostuvo que, en lugar de aumentar la carga tributaria, la administración debería revisar estructuras y reducir costos estatales.
La discusión se da en un contexto más amplio sobre las fuentes de emisiones de metano en el país. En Argentina, la agricultura y la ganadería representan la principal contribución, con la fermentación entérica del ganado bovino explicando más de la mitad. El sector energético y la descomposición de residuos completan el panorama.
Antecedentes internacionales y un debate que continúa
En el plano global, algunos países ya avanzaron con políticas similares. Dinamarca implementará a partir de 2030 un impuesto específico al metano del ganado, con una tarifa progresiva acordada entre gobierno, oposición y representantes del sector productivo.
La propuesta de Klug se suma a esta discusión y abre un nuevo capítulo sobre cómo distribuir los costos de la transición ambiental en la provincia y en el país.
